Double Horse es Doom, Psicodelia, Densidad y Brujerismo
Quienes ya conocen Double Horse, y sobre todo quienes les han visto en directo, saben que lo suyo son los riffs bañados en el terror de serie B, en el ocultismo y los devaneos satánicos de las primeras bandas que forjaron el Heavy Metal y el Heavy Rock de los años 70 y primeros 80.
Cada canción es como ir en el puto Tren de la Bruja, pero lo que hay a la vuelta de cada curva no son zombies de cartón-piedra sino toneladas de Hyper Fuzz y tritonos para cagarse en los pantalones.
Dentro de poco prevén sacar su próximo disco, así que si te va su onda, sígueles en su página de Facebook e Instagram.
Guille, el batería y cantante de la banda, acudió a mi llamada para contar con los primeros contenidos de la web. Pero antes de meternos con el texto, tomemos unos segundos para diseccionar la pedazo de foto que me envía para ilustrar el artículo… ¡Qué puto jefazo!
RESPUESTA:
El disco del que quiero hablar es Born Too Late de Saint Vitus. Lo descubrí cuando tenía 22 años y viajaba en el tren, en un viaje de vuelta de Barcelona.
Mi novia me enseñó algunos temas míticos como “Born too late” o “Dying inside” y yo me quedé asombrado ante esa manera de hacer música. Para mí era como coger un disco de Saxon y ralentizarlo, era heavy metal lento y pesado en el que podías apreciar cada golpe como algo único y aislado.
RESPUESTA:
Al poco de escucharlo compramos el disco y lo escuchamos infinidad de veces. He de decir que muchas de estas escuchas se realizaban en estados de embriaguez, por lo que era muy divertido y estimulante.
Pude verlos en directo el año 2017 en el Desert Fest de Londres y fue una auténtica pasada. Dave Chandler, el mítico guitarrista de la banda, fue aún mejor de lo que me esperaba. Un grandísimo showman que te ponía los pelos de punta con sus solos y su gran energía.
Henry Vásquez, el actual batería de la banda, me dejó totalmente impresionado. Nunca he visto un batería con una pegada más fuerte que la de él. Varios técnicos tuvieron que recolocar algunos pies de platos que no podían aguantar su pegada y sucumbían ante el poder de sus baquetas.
Aunque me habría gustado ver el concierto con Scott ‘Wino’ Weinrich, el cantante original del disco del que estoy hablando, lo pude ver con Scott Reagers, el cantante orginal de la banda y por supuesto, fue fantástico.
Scott Reagers, además de tener una voz prodigiosa, es un hombre entrañable que inevitablemente me recuerda a la figura de un Hobbitt, con todos mis respetos. También tenía muchas ganas de verle a él en directo y me sorprendió mucho cuando pude escuchar una voz perfecta que no se rinde ante el paso de los años.
Por desgracia no pude ver a Mark Adams, el bajista original de la formación. Fue triste para mí que no apareciese en el escenario pues también tenía muchas ganas de verlo, de nuevo, me parece una persona muy entrañable.
Sin embargo, la verdadera anécdota del concierto fue que pude disfrutar de esta gran banda junto a Mike “Muleboy” Maleka, la guitarra rítmica y la voz de Bongzilla, que acababan de tocar en el mismo escenario donde ahora estaba Saint Vitus. El tipo se acercó a mí y me enseñó un tatuaje del logo de Saint Vitus que tiene en la mano y después de decirme lo mucho que los admiraba se puso detrás de mí a golpearme la espalda con su puño en cada golpe del tema.
Fue algo inolvidable, mi estado de euforia en ese momento era indescriptible.
RESPUESTA:
Cambió totalmente mi forma de ver la música. Como ya he dicho, para mí era una nueva forma de escuchar el heavy metal, un género que desde mucho antes escuchaba.
Pero esto era algo nuevo, una nueva forma de expresar la rabia, más lenta, más pesada, más contundente.
Conseguía que la música me llegase más hondo. Recuerdo sentirme totalmente identificado con la letra de “Born Too Late”, recuerdo que la escuchaba siempre que salía de casa y la cantaba para mí creyéndome yo el protagonista.
RESPUESTA:
Enormemente. Estoy sumergido día a día en las peores pesadillas por su culpa. (Risas)
No, fuera de bromas, ha influido enormemente en la música que hago. Ellos dieron sentido a una nueva forma de hacer música, a una forma de hacer Doom.
Me influyó enormemente en la forma de tocar mi instrumento principal: la batería. Esos ritmos eran tan poderosos que deseaba comprarme un bombo de 24” y reventar las salas a las que fuera a tocar. Deseaba tocar mi batería con esa contundencia.
Pero no solo me influyó en mi forma de darle a los palos, también despertó en mí las ganas de cantar. Esa voz era de nuevo muy poderosa, sus letras calaban en mí fácilmente, por eso yo siempre andaba cantando el estribillo de “Dying inside”.
Nunca antes había cantado, y reconozco que mi voz es horrible, pero yo solo quería seguir y comprarme más altavoces para escuchar esas canciones en mi local de ensayo.
Actualmente canto en dos bandas locales que hacemos música gracias a bandas como esta, Candelmass o Reverend Bizarre, bandas que dieron un giro a la música del metal y adoptaron la lentitud como premisa y emisora directa del azufre.
Realmente el paso fúnebre siempre ha sido lento…
RESPUESTA:
Mientras escribía esta entrevista volví a sacar el disco de la estantería y a hacerlo rodar.
Preparé un bong, abrí una cerveza y acabé igual de ciego que siempre que me pongo el disco.
Lo escucho con la frecuencia que se merece.
